domingo, 12 de diciembre de 2010

La energía del sol. Proyecto ITER. ¿Energía del futuro?

El proyecto ITER tiene como objetivo demostrar la viabilidad científica y tecnológica de la fusión como fuente de energía. En él participan la Unión Europea, Japón, Rusia, China, Corea del Sur, India y EE.UU.
La construcción de ITER requerirá una inversión de capital de unos 4.500 millones de euros aportados por los socios internacionales mediante las llamadas “contribuciones en especie”, es decir, componentes del reactor, equipos técnicos y mano de obra.
ITER es un reactor de tipo tokamak que incorporará las tecnologías que se utilizarán en las futuras centrales de energía de fusión: imanes superconductores, componentes para alto flujo de calor, sistemas de mantenimiento remoto y equipos para el manejo de tritio. Comparado con el mayor reactor de fusión actual, el JET, el volumen de plasma de ITER es aproximadamente diez veces mayor, lo que hace más sencillo mantener el plasma confinado durante un periodo de tiempo mayor. ITER podrá producir diez veces más energía que la necesaria para calentar el plasma.
Teniendo como objetivo el asegurar que la asistencia prestada no se utilice con fines militares, el OIEA establece normas de seguridad nuclear y protección ambiental, ayuda a los países miembros mediante actividades de cooperación técnica y alienta el intercambio de información científica y técnica sobre la energía nuclear.
Los sitios candidatos fueron:Cadarache (Cerca de Rokkasho, Marsella), (contaba con el apoyo de la UE, Rusia y China) que salió elegido.

Japón (contaba con el apoyo de Estado Unidos, Japón y Corea del sur.

Animados por su descubrimiento, los rusos comunicaron su hallazgo a la comunidad científica y a la Agencia de Energía Atómica, diciendo que habían conseguido producir temperaturas de hasta un millón de grados Celsius, cosa que no fue creída ni por británicos ni por norteamericanos. Sin embargo, poco después, siguiendo las indicaciones de los rusos, se pudo reproducir las condiciones del tokamak y en efecto, se demostró que los rusos tenían razón.
 

Los científicos rusos Sajarov y Tamm habían inventado en 1950 el tokamak. La exacta pronunciación en ruso es toroidal´naya kamera v magnitnykh katushkakh, es decir, cámara toroidal en espirales magnéticas. Para ser más claros, era una cámara que produce un campo magnético en forma de donut para confinar allí el plasma, es decir, la nube de electrones libres. El aparato actuaba como un domador de leones, pero en este caso se trataba de domar partículas, las mismas que se escapan a velocidades y cantidades prodigiosas durante los experimentos atómicos. Lo llaman fusión fría.
Tras construirse varios tokamaks experimentales, en 1968 los científicos rusos lograron inducir una serie de explosiones termonucleares producto de la fusión de átomos sin que se produjera otra cosa que energía de forma estacionaria. Eso era el primer paso de una nueva fuente de energía más natural y de gran poder, pues en lugar de romper el núcleo de los átomos, como hacían las centrales atómicas, unían diferentes átomos, lo cual era como imitar el comportamiento de sol.

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